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Trastornos alimenticios: ¿Qué son y cómo puedes combatirlos?

Los trastornos alimenticios son enfermedades graves con orígenes diversos. Tratarlas a tiempo es vital para conservar la salud en buen estado e impedir que malos hábitos acaben con tu vida.

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Hay conductas cotidianas que pueden parecernos “normales” a simple vista. Sin embargo, detrás de ella se esconden graves trastornos alimenticios que ameritan ser tratados rápidamente por un profesional. Esto se debe a que su práctica recurrente podría conducir a serios problemas de salud, deteriorándonos tanto física como mentalmente a límites inimaginables. 

Comer desordenadamente o estar obsesionado con “ser delgado” va más allá de un simple capricho estético. Se trata de un trastorno alimenticio que va ligado a otras patológicas clínicas de carácter psicológico, las cuales conducen a la ingesta desproporcionada de alimentos u otro tipo de actitudes derivadas a ese propósito de alcanzar la “figura perfecta”. 

Y esto no es un juego, debido a que en Latinoamérica se registra un promedio de 350,000 casos anuales de trastornos alimenticios. Un 80% de ellos suelen presentarse en jóvenes con edades comprendidas entre 13-18 años, quienes son considerados como esa población de riesgo. Muchos de ellos no nacieron siendo bulímicos o sus padres les enseñaron a cometer atracones nocturnos. 

Dichas condiciones médicas especiales obedecen a factores de índole socio-cultural, donde se les está recalcando constantemente que su estado físico no es el “prototipo ideal para ingresar a ciertos grupos”. Otros tantos responden a presiones familiares por “complacer al paladar e integrarse a costumbres familiares”, las cuales están plagadas de excesos alimenticios. 

Pero adicional a lo mencionado, debemos considerar a los trastornos alimenticios como un problema de salud pública que podría tener terribles consecuencias generacionales, sí no se trata a tiempo con la rigurosidad que amerita. En este artículo será posible obtener esa información de valor sobre estas conductas, enseñándote cuáles son esos aspectos a considerar para detectarlas a pronto y darles un adecuado tratamiento. 

¿Te interesa saber más? ¡Adelante! 

¿Qué es un trastorno alimenticio?

Se refiere a enfermedades crónicas de carácter mental que están estrechamente relacionadas con patrones de consumo irracional de alimentos. Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) se manifiestan en complejos síntomas, generando severas distorsiones emocionales sobre su imagen corporal y un infundado temor por subir o bajar de peso. 

Estas patologías no son “estilos de vida” ni “modas pasajeras”, debido a que ocasionan afectaciones directas en la salud como problemas cardiacos, renales, gastrointestinales e incluso la muerte. ¿Exagerados? ¡Jamás! Alguien que no se está alimentando de forma balanceada está restándole vitaminas y minerales a su organismo. De esta forma, su organismo no podrá funcionar correctamente e impedirá que se ejecuten ciertos procesos vitales. 

Los trastornos alimenticios suelen aparecer en los primeros 20 años de vida de las personas. Sin embargo, se han presentado casos en personas adultas, quienes han visto cómo sus vidas se transforman negativamente a causa de este fenómeno. 

¿Cuál es el origen de los trastornos alimenticios?  

Se desconoce cuál es el origen preciso de los trastornos alimenticios. No obstante, casi todos los nutriólogos y demás especialistas coinciden en que tienen una base biológica, genética, psicológica e incluso social. Esta última es la más frecuente, considerando que existe un poco o nula cultura de sana alimentación en los hogares y conductas irregulares a la hora de la comida. 

En función de ello es que se insiste en la necesidad de formar a la población en temas de nutrición, porque jamás se podrá alcanzar una evolución en las próximas generaciones con hábitos que dejan muchísimo que desear. 

Tipos de trastornos alimenticios. 

Anorexia nerviosa: 

Es un trastorno alimenticio que se caracteriza por el temor infundado a subir de peso. Quien sufre de anorexia vive obsesionado con “estar delgado”, dejándose llevar por ese sentimiento hasta convertirlo en su propósito de vida. 

Ellos suelen restringir su ingesta de raciones al máximo, lo cual comienza a evidenciarse con el pasar de las semanas a través de un rostro demacrado y delgadez extrema. Llegan a un punto de no retorno, donde comprometen el bienestar de su organismo con regímenes alimenticios absurdos y peligrosos que están carentes de certificación nutricional. 

Bulimia nerviosa: 

Este es uno de los trastornos alimenticios más graves que puede conllevar a la muerte. La bulimia nerviosa consiste en un desorden alimenticio, donde el paciente suele comer desproporcionadamente en altas horas de la noche para después expulsar estos alimentos vía oral a través de vómitos provocados en el caso más leve. 

Otros tantos recurren a la ingesta de laxantes, suplementos para bajar de peso u otros productos diuréticos con el propósito de eliminar las calorías adicionales de forma irregular. Por otro lado, hay quienes ayunan por largos periodos o hacen ejercicio desaforadamente sin la más mínima regulación. 

Los pacientes bulímicos no tienen control sobre su alimentación. Tampoco son conscientes de cuán riesgosas son sus acciones en términos de salud. 

Evitación/restricción de la ingesta: 

Este trastorno alimenticio es el más leve de los existentes. Se basa en la restricción irracional de ciertos alimentos, considerándolos “nocivos para la salud” según sus propios criterios e ideas. Aplica este concepto a su dieta cotidiana sin recomendaciones médicas e incluso pretende imponerlo a los más pequeños de la casa, privándoles de nutrientes imprescindibles para su sano crecimiento. 

Atracón: 

Se define como la ingesta compulsiva de alimentos constantemente, sintiéndose culpable posteriormente por esta acción. Los atracones hacen que la persona no pueda parar de comer, conduciendo hacia un trastorno de apetito desenfrenado. 

Síntomas más comunes de estas patologías. 

Psicológicos:

  • Depresión. 
  • Ansiedad excesiva. 
  • Culpabilidad antes o después de comer. 
  • Falta de autocontrol en la ingesta de raciones. 
  • Insomnio. 
  • Exagerada preocupación por su aspecto físico. 
  • Enojo o vergüenza. 
  • Aislamiento social. 

Físicos:  

  • Dolor e inflamación crónica de garganta. 
  • Dentadura deteriorada. 
  • Problemas gastrointestinales varios (Náuseas, acidez, cólicos, ardor, etc..)  
  • Deshidratación severa por la purga o los constantes vómitos. 
  • Callosidades en los nudillos a causa de provocarse vómitos. 
  • Frecuentes visitas al baño durante la hora de la comida. 
  • Delgadez extrema.
  • Piel reseca por la ausencia de minerales. 

 

¿Cómo se diagnostican estos desórdenes alimenticios? 

Los trastornos alimenticios se detectan a través del manifiesto de los síntomas mencionados anteriormente, los cuales son bastante evidentes en estos pacientes. Sí usted o algún familiar suyo presenta alguno de ellos, deberá recurrir a un profesional inmediatamente para someterse a un estricto control médico-nutrimental.  

Jamás se deje llevar por consejos de terceras personas, quienes no están capacitadas ni calificadas para indicarle cuál es el tratamiento más adecuado. Solo un nutriólogo o médico general son los idóneos para decirte a qué se debe esta condición especial y cómo puedes combatirla. 

Ellos te abrirán una historia clínica, donde te harán una serie de preguntas y tendrás que ser lo más sincero posible para conseguir una solución real a este problema. Seguidamente, serás sometido a una serie de análisis para descartar causas de origen biológico como desajustes hormonales o algún padecimiento leve. 

También con la finalidad de establecer cuáles han sido las consecuencias de estos malos hábitos alimenticios y de qué manera se puede evitar que incurran en un daño mayor a tu organismo. 

 

Tratamiento para combatir los trastornos alimenticios. 

Cada paciente es un caso particular. Es contraproducente asignar un mismo tratamiento a todos aquellos que llegan con trastornos alimenticios, puesto a que algunos tienen una raíz diferente a la del otro y viceversa. Tampoco se conoce cuáles son los verdaderos requerimientos e intereses del individuo, conllevando a diseñar un programa de ayuda de manera individual. 

Estos pueden incluir lo siguiente: 

  • Psicoterapia individual, familiar o grupal (Según sea el caso). 
  • Monitoreo médico con revisiones constantes. 
  • Asesoramiento nutricional. 
  • Medicamentos para tratar desórdenes psicológicos que pueden conllevar a trastornos alimenticios. 

 

¡Ya ves! Un trastorno alimenticio es más delicado de lo que parece. Y ojo, con esto no buscamos infringir psicoterror ni nada por estilo. Lo único que buscamos a través de este artículo es informar a la población sobre este tipo de problemáticas sociales, ayudándole a todos aquellos que las padecen a buscar una salida pronta para que recuperen el bienestar y vuelvan a ser dueños de su propio destino. 

Sí necesitas obtener información más cercana sobre este tema, comunícate con nosotros a través de nuestro correo electrónico y gustosamente te atenderemos. 

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Originaria de la Sierra Norte del Estado de Oaxaca, con Licenciatura en Nutrición en la Universidad Autónoma de Queretaro, con diplomados en Nutrición Clínica, Educar en Diabetes, entre otros.

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