Siempre estamos en la constante espiral de qué, cómo y cuánto comer. Todas las respuestas apuntan a que para adelgazar o mantener un peso saludable hay que hacer las comidas suficientes para evitar acumular hambre desmedida y que esto provoque ansiedad y por lo tanto excesos con la comida. Pero desde hace un tiempo, se ha popularizado un modelo nutricional diferente, el del ayuno intermitente.
Básicamente las investigaciones detrás de este modelo sostienen que comer durante un breve período de horas y ayunar entre 16 y 18 horas diarias puede desencadenar un cambio metabólico de la energía que además de favorecer el descenso de peso, se asocia con una mayor longevidad y una menor incidencia de enfermedades, incluido el cáncer y la obesidad entre otras.
Lo que sucede durante la prolongación del ayuno es que el cuerpo humano entra en un estado fisiológico de cetosis que se caracteriza por niveles bajos de glucosa en sangre, disminución de glucógeno en hígado y producción hepática de cuerpos cetónicos (CC) que van a funcionar como fuente de energía para el cerebro.
De forma resumida lo que sucede es es que nuestro cuerpo comienza a consumir glucosa almacenada, disminuye la glucemia e insulina, moviliza los triglicéridos del tejido adiposo que serán descompuestos por lipólisis y los ácidos grasos sufren una fragmentación sucesiva, es decir que comenzamos a “quemar grasa”. Uno de los principales objetivos del cuerpo es que no falte glucosa al cerebro.
Algunas de los beneficios que se asocian al ayuno intermitente son:
- Reduce la inflamación en el cuerpo
- Induce el inicio de procesos de reciclaje y depuración de células dañadas
- Mejora la concentración y la lucidez mental
- Aumenta tus niveles de energía
- Estimula la hormona de crecimiento, preserva la masa muscular y la densidad ósea
- Disminuye los niveles de colesterol en la sangre
- Disminuye el envejecimiento
- Protege y recupera la microbiota intestinal
- Disminuye los factores de riesgo cardiovasculares y la presión sanguínea
No debemos perder de vista que el ayuno así como cualquier actividad siempre debe tener como objetivo el bienestar físico, es por eso que no recomendamos comenzar a practicar el ayuno por iniciativa propia sino que acudas previamente con un nutriólogo ya que tus hábitos alimenticios, estilo de vida y tu alimentación son los que determinarán tu bienestar.