Nada personal en contra de los cerditos, chanchos o puerquitos o como sea que los llames, pero, ¿te has preguntado por qué sufrimos del llamado “mal del puerco”?. Sin duda suena muy mal y se siente muy mal también, pero no todas son malas noticias y queremos contarte por qué nos da sueño o pereza después de ingerir alimentos en grandes cantidades.
El estado de sueño postprandial es un estado que ocurre sólo cuando la cantidad de alimentos que consumimos es excesiva y contiene una gran cantidad de hidratos de carbono y/o lípidos. La ingesta en demasía de estos dos nutrientes, provoca que nuestros niveles de glucosa en la sangre se eleven a un punto en que nuestro sistema pide urgentemente una pausa para recuperarse.
Pero, ¿Por qué ocurre esto?, la respuesta es muy simple, este estado de lentitud y letargo ocurre porque nuestro cuerpo es sabio y te está pidiendo que pares. Seguramente habrás notado que el sueño postprandial, sucede generalmente cuando decides ingerir alimentos no tan saludables, en grandes cantidades y en muy poco tiempo; como por ejemplo una hamburguesa doble acompañada de papas a la francesa y refresco o una orden de cinco tacos al pastor y dos quesadillas acompañadas de agua de sabor, sólo por poner algunos ejemplos. Si analizas bien la cantidad y la calidad de estos alimentos, rápidamente notarás que la cantidad de calorías que otorgan los carbohidratos y lípidos de estos alimentos es demasiada y esto es lo que provoca que nuestro cuerpo entre en un estado de alerta y que decida sabiamente disminuir la energía destinada para otras funciones. En palabras más simples, toda la energía de nuestro cuerpo se concentra en acelerar el proceso de bajar los niveles de glucosa circulantes en la sangre y por supuesto en metabolizar lo más rápido posible toda la comida que consumimos, así que entra en “modo ahorro de energía” para lograrlo.
Como lo mencionamos al principio, no todas son malas noticias pues afortunadamente en nuestras manos está el evitar que nuestro día a día se vea frenado por este malestar. La fórmula mágica es balancear nuestra alimentación. Así es, si cada uno de nosotros tuviera una alimentación equilibrada y consumiéramos únicamente la cantidad de alimentos con los que nos sentimos satisfechos, el famoso mal del puerco no existiría ni tampoco este texto.
Así que keep calm y come mejor y más lento, ayudándole a tu cuerpo a disminuir el trabajo de la digestión ya que al tiempo que te otorgas alimentos que son más sencillos de degradar, tu cuerpo responderá procesando estos nutrientes hasta convertirlos en energía, en lugar de consumirla. Así es, como magia pura, cuando llevamos una alimentación adecuada, el cuerpo es capaz de metabolizar estos alimentos ahorrando energía y generando más.
Ahora bien, si el sueño postprandial ya te ha atrapado, te preguntarás ¿Es adecuado una siesta después de ingerir una comida abundante?. La respuesta es sí. Tomar un descanso sin duda puede servir para sobrellevar este evento; sin embargo, no te recomendamos que sea un periodo mayor a diez minutos ya que si lo usas como excusa para dormir largas horas después de cada comida, este mal hábito puede llegar generar problemas en la digestión, la integridad de las paredes gástricas por la permanencia innecesaria del alimento en el estómago y sobre todo, problemas en el control del peso por la reducción significativa en la actividad física.
Recalcamos que el estado de sueño postprandial no es malo, por el contrario es una función sabia de nuestro cuerpo. Sin embargo, es ideal que siempre puedas facilitarle el proceso de digestión a tu cuerpo, cuidando tu alimentación, actividad física, tiempos entre comidas, ingesta de calorías y nutrientes de la mano de un especialista.
