A toda acción le corresponde una reacción y con el consumo del alcohol no es la excepción. El impacto del consumo de alcohol, entre otras cosas influye con la ganancia de peso y para lograr esta ganancia, hay factores que juegan papeles muy importantes como la cantidad, tipo y velocidad de alcohol que se ingiere.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (2015), el consumo de alcohol se relaciona como factor causal de diversas enfermedades y trastornos, incluyendo sobrepeso y obesidad. Entonces podemos afirmar que el consumo de alcohol a lo largo de la vida produce la acumulación de grasa sobre todo abdominal y como consecuencia, un aumento del perímetro de la cintura y especialmente en los hombres del índice de masa corporal.
Haciendo un repaso, sabemos que los hidratos de carbono y proteínas nos aportan 4 Kcal, mientras que los lípidos nos aportan 9 Kcal; sin embargo, las Kcal que nos aporta el alcohol que son 7.1 Kcal por cada gramo y se les debe considerar como calorías vacías, ya que no son aprovechadas por el organismo.
Otro factor importante sobre el consumo de alcohol es que su concentración va a depender de la velocidad con la que sea consumido y las sustancias con las que se mezcle como jugos, agua mineral, gaseosas, entre otras. También es imprescindible la comida previa a la ingesta del alcohol ya que esta ayuda a que nuestro organismo no absorba repentinamente cantidades de alcohol inesperadas, sino que la comida ayuda a que la absorción sea más lenta, es decir que cuando consumes alcohol junto con alimentos ricos en grasa, la absorción del mismo será más lenta.
Todo lo anterior se suma a un último dato importante, que es que cuando se consume alcohol, la sensación de hambre aumenta mientras que la de saciedad disminuye. Es decir, que el alcohol aumenta nuestro apetito y esto nos puede llevar a consumir mayor cantidad de calorías, pues generalmente el alcohol se marida con botanas, frituras y comida poco saludable; así que la frecuencia con la que bebas y lo acompañes con comida, traerá como resultado la acumulación de grasa y por lo tanto el incremento de peso.
Un último dato importante es que el alcohol inhibe la oxidación de las grasas; es decir, que evita que la grasa se utilice como fuente de energía. Entonces estamos proporcionando a nuestro cuerpo fuente de calorías vacías constantemente y si a esto también le sumamos inactividad, definitivamente esto derivará en aumento de peso.
Pero no todas son malas noticias y no pretendemos enjuiciar al alcohol ni a quienes lo consumen, ya que afortunadamente el alcohol no solo tiene efectos nocivos en nuestro cuerpo. Se ha demostrado que el consumo ligero e incluso moderado de alcohol es un factor protector, no así cuando el consumo es excesivo.
Ahora enfoquémonos en las diferencias que existen en el alcohol que consumimos. Primero debemos saber que las bebidas alcohólicas se clasifican dependiendo de su proceso de preparación:
- Fermentación: Degradación de sustancias orgánicas por acción de enzimas microbianos que con frecuencia provocan un desprendimiento gaseoso estos alcoholes son vino, cerveza, sidra, sake y champagne.
- Destilación: Vaporización parcial de un líquido y condensación de vapores formados para separar uno de otro. Este proceso se utiliza para licores que tienen un mayor contenido de alcohol como el vermut, brandy, whisky, coñac, ron, ginebra, vodka, tequila y mezcal.
Podemos concluir que el consumo de alcohol puede incluirse de manera moderada en nuestra vida; pero siempre debemos cuidar su consumo y optar por no combinar las bebidas alcohólicas con otras bebidas calóricas con exceso de azúcar ya que esto solo hace que aumente el contenido calórico en demasía. Un ejemplo sería, una sola cuba preparada con 45 ml de ron y 180 ml de refresco de cola con azúcar, puede llegar a aportarnos hasta 180 kcal. Por el contrario si optamos por la misma cuba preparada con 45 ml de ron y sustituímos con 180 ml de refresco de cola dietético, aportaría alrededor de sólo 100 kcal. Siempre vamos a recomendarte que además revises con tu nutriólogo cuál es el tipo de alcohol que más te conviene según tu plan alimenticio, puede aconsejarte que mejor consumas destilados que suelen tener más calorías pero menos carbohidratos, o fermentados que suelen tener menos calorías pero más carbohidratos.
