Visitar al nutriólogo trae fantásticos beneficios pero muy pocos se animan a disfrutarlos, basándose en excusas banales como “no tengo tiempo” o “¿Para qué, sí yo como bien?”. Otros tantos afirman que “es muy caro y los tiempos no están como para gastarse el dinero en esas cosas”.
Es muy triste reconocer que dichas frases se han convertido en algo común para millones de personas en todo el mundo, quienes aún siguen considerando al hecho de visitar un nutriólogo como algo “absurdo e innecesario, porque existe en internet y allí hay de todo”,
El detalle es que en la red jamás van a conseguir a un profesional calificado que les brinde un diagnóstico adecuado, haciendo énfasis en ciertos aspectos vitales que se deben tener en cuenta para recetar un tratamiento ajustado a los requerimientos e intereses del paciente.
Ir al nutriólogo es más que ir a sentarte a conversar con alguien sobre tu alimentación por horas. Se trata de una consulta médica que debe realizarse periódicamente con la seriedad requerida, expresándole todas las dudas e inquietudes presentes relacionadas con tu alimentación cotidiana.
Este profesional de la medicina será el único indicado para informarte cuáles son esos alimentos idóneos que te ayudarán a mejorar tu calidad de vida, abriéndote caminos hacia nuevos horizontes de plenitud e integridad. Sí consideras que es importante recurrir a una consulta, déjate llevar por ese sentimiento.
Aquí tienes 5 razones de peso por las que asistir al nutriólogo será la mejor decisión que puedas tomar. ¿Quieres conocerlos? ¡Adelante!
1.- Obtener asesoría de verdaderos gurús para bajar o subir de peso:
¿Consultas con “personalidades del fitness ” en RRSS para saber cómo bajar o subir de peso? ¡Terrible error! Puede que estos individuos dispongan de cierta formación en la nutrición, indicándote cuáles son los productos adecuados para alcanzar alguno de estos propósitos. No obstante, obtendrás una asesoría basada en experiencias propias o que han tenido con terceras personas.
También expondrán sus argumentos en función del efecto que tienen las rutinas de ejercicio en la pérdida de grasa y definición del músculo. Jamás podrán hacerte una valoración desde el ámbito médico, analizándote a fondo para saber a qué se debe esa forma física que tienes ahora.
Un nutriólogo podrá dictaminar sí esa delgadez extrema es algo genético o por algún desorden alimenticio. Del mismo modo, será bastante certero en afirmar cuál es la razón de ese sobrepeso que tienes encima. Más que todo, porque existen personas que sufren de ciertos desequilibrios hormonales que ralentizan su metabolismo.
En una consulta nutricional, podrás recibir toda esta información junto con una serie de consejos muy útiles que te ayudarán a conseguir sanamente sin dietas riesgosas con bastas carencias.
2.- Recibir orientación sobre cómo mejorar tu alimentación:
No hay nadie mejor para guiarte en ese proceso de comer más sano como un nutriólogo.
Él sabrá cuáles son los requerimientos calóricos y proteicos básicos de tu organismo para su correcto funcionamiento, orientándote en relación a esos alimentos que deberás incluir para gozar de vitalidad porque aportan vitaminas y minerales.
También te indicará qué alimentos tendrás que descartar de tu dieta cotidiana por su elevado contenido en grasas saturadas o azúcares.
Asimismo, se encargará de estudiar cualquier patología que tengas para compaginarla dentro de un régimen alimenticio ajustado a dichas necesidades. Te enseñará a sacarle el máximo provecho a cada producto que consigas en el supermercado, enseñándote cómo cocinarlos de forma saludable.
3.- Descubrir cuál es la causa real de tus problemas digestivos:
“Mi abuela me dice que tome X té para bajar la hinchazón estomacal o desaparecer esos gases tan insoportables después del almuerzo”. ¿Cuántas veces no hemos escuchado esto? Lo más triste es que se tienen más en cuenta en comparación a la opinión de un especialista.
Un nutriólogo será capaz de darte un diagnóstico preciso para saber a qué se deben tus problemas digestivos, sugiriendo desde que debes evitar comer para no sufrir estos padecimientos hasta aconsejarte en relación a hábitos y conductas para mantener a tu sistema gastrointestinal tan sano como un roble.
Su propósito principal es impedir que estos padecimientos se agraven, generando un daño mayor capaz de deteriorar tu calidad de vida al máximo.
4.- Dar tratamiento adecuado a cualquier trastorno alimenticio:
Otra razón de peso para visitar al nutriólogo es conseguir un tratamiento idóneo para cualquier trastorno alimenticio que puedas sufrir. Y esto no es precisamente anorexia, ocasionado por ese afán de conseguir las “medidas perfectas” o bulimia, donde lo único que hace el paciente es vomitar porque siempre “se ve gordo o pasado de peso frente al espejo”.
Un trastorno alimenticio también puede constituirse en la ingesta desproporcionada de raciones de comida o no llevar un horario ordenado con su alimentación, desequilibrando tu vida a límites inimaginables en todos los sentidos. El nutriólogo dará fantástico soporte a otros especialistas como los psicólogos y gastroenterólogos, adhiriéndose a corrientes investigativas para dictaminar cuáles son los factores que conllevan a tales conductas.
5.- Estás embarazada o atravesando algún proceso de lactancia:
Los nutriólogos están calificados para recomendarle a la madre qué alimentos debe consumir durante el proceso de gestación para que el bebé se forme correctamente. Esta es una poderosa razón por las que deberías ir al nutriólogo, debido a que en esta etapa de tu vida estás dando vida a otro ser y estás obligada a suplir todos sus requerimientos nutricionales para que sea un niño sano.
El nutriólogo se encargará de supervisar tu dieta cotidiana, haciéndote énfasis en ciertos hábitos alimenticios que contribuyan a mantener un nivel adecuado de hierro, vitamina D, vitaminas del grupo B y flúor. De esta forma, tu bebé absorberá todos estos minerales.
Ya ves… ¡Ir a una consulta con el nutriólogo jamás será un “capricho”! Esperamos que con estas poderosas razones, cambies esa mentalidad y te animes a visitar a un nutriólogo.
Recuerda que para todo hay tiempo y tú salud es lo primero.